miércoles, 25 de mayo de 2016

UNA PROPUESTA MÁS…

La organización de la sociedad civil legitima la democracia al empoderar a la comunidad para que defienda sus recursos y derechos vitales, impida abusos continuados, conquiste sueños comunes y guie su actuar político. Sin duda alguna hoy el ibaguereño es vulnerable y por ende presa fácil de quienes usan su poder para acumular riqueza atropellando al indefenso, práctica reprobable que se erradicaría fácilmente creando grupos de interés especifico, bien estructurados y financiados, para visibilizar, caracterizar y cohesionar a la sociedad y así hacerla protagonista de su destino.
Un grupo de interés específico, además de atender objetivos precisos, eleva la cultura política de la comunidad, la hace consciente de sus derechos y fortalezas y la libera de la manipulación de los oficiantes de engaños y mentiras que con “cantos de sirena” y “espejitos” impiden que los pueblos tomen las riendas de su historia para construir prosperidad real y futuro cierto para sus hijos.
Para vigorizar la sociedad civil ibaguereña, planteo una propuesta más que seguramente también irá a la papelera. Aunque en voz baja y por ello desoídas, son recurrentes las quejas por las oleadas alcistas y abusos en los servicios públicos básicos, excesos que al superar el IPC golpean el ingreso y obligan al indefenso usuario a resignarse y mermarle o renunciar a otras necesidades vitales.
Propongo al Sr. Alcalde, Concejo Municipal, gremios, colectivos sociales, cooperativas, sindicatos, instituir una organización que encare el continuo abuso de operadores que, insensibles frente a la difícil situación de tantas familias y en connivencia con la “política menuda”, atizan la tragedia del atraso al privilegiar el desmedido lucro del inversor transnacional y el oligopolio nacional, sobre el sagrado derecho del ibaguereño a la estabilidad económica, al costo razonable y al buen vivir.
Grosso modo la idea, que la sapiencia de los lideres sabrá mejorar, es constituir la Corporación de Usuarios de Servicios Públicos de Ibagué, ente del cual sería asociado todo usuario que así lo desee y aportante quien tenga matricula vigente (solo el IBAL tiene más de 113 mil matriculas). Este ente tendría capítulo especial en cada JAL y realizaría asamblea anual por comunas y congreso general de delegados, para oír informes, trazar derroteros y elegir consejo directivo y órganos de control.
Además de la defensa administrativa o jurídica del usuario, la entidad tendría otras funciones, ej. Evaluar la calidad del servicio, los planes de expansión y mejoramiento y, desde luego, utilizando redes, sitio Web, revista, programa radial, reuniones comunales y sectoriales, adelantaría planes de educación e información para usuarios sobre normas, proyectos, uso de recursos naturales, etc.
El aporte mensual individual (sobretasa o similar) seria de 500 pesos por factura y contribución fija de la alcaldía y cada operador. La suma de estos aportes permitirá a la corporación costear una nomina de alto nivel técnico y científico (director-defensor, abogados, economistas, ingenieros, sociólogos) para cumplir las funciones establecidas y realizar otras actividades correlacionadas.
La sociedad ibaguereña está frente a una disyuntiva: seguir siendo víctima de quienes acrecientan capital y poder arruinando pueblos desunidos y frágiles o empoderarse para hacer uso racional de sus recursos naturales, sus oportunidades, sus talentos y la fuerza de su identidad y unidad para garantizar a su descendencia calidad de vida y certeza de futuro. Ante lo primero, basta con seguir aguantando y protestando; para lo segundo, debemos asumir iniciativas novedosas y audaces.

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